Kidding ? - No kidding ?

Vivo en un columpio que se balancea de un lado al otro constantemente. No sé si son mis pensamientos o las hormonas. Hace una semana me entró el instinto maternal. Solo me había pasado una vez antes, en el invierno de 2015, cuando vi a Lucas tan tierno leyendo cuentos sobre ratones que alcanzan la Luna y luego fui a Marruecos y lo hablé con Natalia. Hace una semana me entró fuerte. Me vi todo el documental El comienzo de la vida en tres noches. Leía artículos de padres que enseñaban el mundo a sus hijos y tenían sus propias bromas internas familiares. Me preocupaban cómo se marcaría el tiempo en mi vida sin estos ritos de paso. Sin noticias importantes que dar nunca a mis amigos después de unos meses sin verlos. Si mi vida sería una sucesión de tardes mirando internet desde el sofá. Me planteé incluso llegar a ser madre sola si era necesario. O familia de acogida para que no fuera algo tan permanente.

Y de repente, de un día para otro... el columpio voló hacia la dirección contraria. Volví a pensar en mi necesidad de silencio. En los viajes que quiero hacer a Japón, a Nueva Zelanda, a Argentina, a Noruega, a Turquía. En la casa luminosa que quiero tener algún día. En las ganas que tengo de escribir, en la inspiración que nunca llega pero que este verano, que es largo, voy a buscar. En J. y en cómo somos felices con esta vida simple.

Es más fácil tenerlas todas consigo y vivir acorde a lo que has decidido y disfrutar desde el principio. Pero siendo humanos lo difícil es tenerlo todo tan claro. A ver cuándo llega la siguiente sacudida.


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